En La Marimandona se come (muy bien) y punto

Todo empezó con hambre (y un poco de curiosidad).

Hay días que te los firma el sol con boli rojo. Ese fue uno. Calor del bueno en Valencia, de ese que te hace buscar sombra con la misma devoción con la que otros buscan WiFi. Íbamos sin rumbo fijo, buscando dónde comer en Valencia centro, y de repente: zas, Taberna La Marimandona. La fachada nos guiñó el ojo (o eso nos pareció). El nombre, imposible de ignorar. 

Y ahí estábamos, sin reserva, con hambre, cero expectativas y salimos encantados.

La Marimandona, antes de poner orden, nos regala un festín.

Antes de hablar de comida, hablemos de la palabra. Marimandona suena a señora que pone orden, que te dice «cómete eso que se enfría» y «si no te comes la verdura, no hay postre». Pero en esta taberna del centro de Valencia, la única que manda es la cocina. Y ¡ojo! Que aquí se manda con elegancia, sin levantar la voz y con mucho sabor.

Este gastrobar en Valencia centro mezcla lo castizo con lo creativo. Tiene alma de taberna, pero mirada de chef. Y lo mejor: se nota que lo hacen con gusto. Del bueno

Gustó

Qué pedimos (y por qué todavía lo recordamos)

Nos sentamos ante la carta y no fuimos capaces de elegir, pues si no por nosotros fuera, hubiésemos pedido toda la carta, así que nos dejamos aconsejar.

Empezamos con un pan de trufa con mantequilla ahumada y romero. Sencillo, pero jugoso. Uno de esos que hace que el pan deje de ser secundario y reclame su Oscar.

Luego, unas alcachofas a la brasa con agua de tomillo, habitas tiernas, microbrotes y romesco. Equilibradas, delicadas, con ese punto a humo que te transporta a una barbacoa elegante y bien hablada.

Y como plato estrella: sepia con mayonesa y salsa mary. Qué decir. Tierna como una confesión. La salsa, sabrosa sin enmascarar. Plato de los que se comen en silencio y luego se comentan durante días.

Y el servicio: atento, cercano, pero sin agobiar. Como quien sabe que tiene algo bueno entre manos y te lo deja descubrir a tu ritmo.

Lo que más nos gustó (además de la comida)

  • La decoración: sencilla, con madera y alma. Ni moderna por obligación ni antigua por postureo. 
  • El ambiente: mezcla de locales que repiten, turistas bien guiados y algún que otro foodie con buen radar.

¿Volveríamos? Con los ojos cerrados (y el estómago abierto)

En resumen: si buscas un lugar con personalidad, con platos que hablan sin gritar y donde mandan los sabores más que las modas, La Marimandona es tu sitio. 

Perfecto para recomendar, para ir con quien te cae bien, para celebrar algo pequeño (o grande), o simplemente para hacer una pausa deliciosa entre tanto ruido. Porque sí, hay muchos restaurantes buenos en Valencia, pero pocos con tanta gracia, tanto gusto y tan poco ego. 

Y como decimos desde Gustó

A veces, dejarse mandar un poco no está tan mal… si quien manda cocina así de bien.

Gustó

Carta de presentación de La Marimandona:

Cocina mediterránea actual, con alma y sabor a casa.

Tipo de cocina:

Mediterránea

Precio medio pp:

Entre 20-30€

Ubicación:

 C/ del Convent de Sta. Clara, 3, Ciutat Vella, 46002 València, Valencia

Reservar:

Haz una reserva aquí 

Tel: 961 67 87 63

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