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Comer bien y bonito es posible en Portolito

Comer bien y bonito, es posible en Portolito

Todo Empezó con Hambre (y un poco de curiosidad)

Hay días en los que solo quieres una comida que te abrace. Pero no cualquier comida. Una con sol dentro, sabor mediterráneo y ese punto justo entre lo de siempre y lo que no sabías que te apetecía.

Ese día, como muchos otros en Valencia, salí a pasear con antojo y sin planes. Y acabé en Portolito Centro.

Spoiler: acerté. Y hoy vengo a contártelo con todos los detalles, como cuando una amiga te recomienda un sitio y te dice: «Ve, de verdad. Confía.»

Portolito Centro: Un Refugio en la Calle de las Barcas

Lo ves desde lejos: amplio, con ventanales, madera clara, diseño cuidado pero sin pretensiones. Como si te dijera “entra, estás en casa, pero vas a comer mejor que nunca”. Está en la Calle de las Barcas, al lado del Hotel Lotelito (sí, ese tan mono del centro), y a solo unos pasos del bullicio del Ayuntamiento.

Lo que más me gustó al sentarme fue la ausencia de prisa. Aunque haya gente entrando, saliendo y hablando bajito, se siente un ritmo tranquilo. El camarero (David, gracias) te mira como si llevaras yendo allí toda la vida.

Una Carta con Sello Propio

Antes de ir pensé: “Será otro restaurante bonito con menú del día”. Pero no, me equivoqué.

La carta de Portolito es una mezcla bien afinada de clásicos valencianos, brasas, mariscos y pequeñas sorpresas.

Ese día pedí:

Una burrata con pesto de pistacho y tomate seco que fue casi terapéutica.
Un arroz meloso de pulpo y alcachofa que me obligó a cerrar los ojos en cada bocado (y que me hizo buscar en Google «portolito carta» para ver si lo podía repetir otro día).
Y de postre, una tarta de queso cremosa, sin trampa ni exceso de azúcar.

Sí, todo suena instagrameable. Pero lo más importante: sabe a cocina hecha con cariño. Y eso no se finge.

Menús del Día (y del Alma)

En Portolito Centro tienen un menú de mediodía que cambia cada semana. El mío incluía crema de calabaza asada, dorada al horno con arroz venere y mousse de yogur con frutos rojos. Todo por menos de 20€.

Es perfecto para una pausa entre el trabajo, las compras o si simplemente estás explorando los restaurantes buenos en Valencia y buscas algo fiable, sabroso y bonito.

¿Y las Reseñas?

Te diré la verdad: Portolito Centro tiene críticas buenas, pero también exigentes. Hay quien se queja del aire en verano o de que el arroz no es “como el de la abuela”. Y es cierto: no es un sitio de cocina de madre, es otra cosa.

Es cocina valenciana pensada para el presente. Platos con alma, pero con una forma de ahora. Si te dejas guiar por el equipo, probablemente salgas igual que yo: pensando en volver.

Un Lugar para Repetir

Cuando alguien me pregunta por restaurantes en el centro de Valencia con encanto, ya no dudo. Portolito está en mi lista de «aquí siempre se come bien».

No es el típico lugar turístico. Tampoco es ese restaurante que intenta ser tan moderno que se olvida de cocinar bien. Es el punto medio. El equilibrio entre una carta honesta, una estética cuidada y un servicio cercano.

Sin duda, uno de los mejores sitios para comer en Valencia centro.

Final Feliz (y con sobremesa larga)

Volveré. A Portolito Centro, a Portolito Playa, a donde sea que sigan cocinando así. Porque en tiempos de prisas, de menús en cadena y de “todo me sabe igual”, encontrar un lugar que te invite a sentarte sin mirar el reloj… es un lujo.

Y como en Gustó creemos que lo más serio que podemos hacer a veces es simplemente disfrutar, este es nuestro guiño a ese tipo de restaurantes que te hacen volver a creer en las comidas largas, los brindis espontáneos y las sobremesas que curan.